Uno de los requisitos fundamentales para que una persona o empresa sea afianzada, es la solvencia. Sin embargo, este término, ampliamente difundido en las finanzas, conlleva mucho más de lo que la mayoría cree.
Por esta razón, en este artículo detallaremos algunas alternativas que puedes tomar para que el nivel de solvencia de tu organización incremente y, con él, la posibilidad de ser afianzado.
Como mencionamos antes, la solvencia es un término que se ha relacionado con las finanzas pero, en realidad, tiene tres vertientes que pueden influir directamente cuando una empresa o persona busca una fianza.
En primer lugar, tenemos la económica, que es la más difundida y, por obvias razones, la que a todos se les viene a la cabeza cuando se habla de solvencia.
Para el segundo sitio tenemos la técnica, que contempla más allá de las cuestiones financieras, pues considera el historial laboral de la compañía y otros factores, como la plantilla laboral, la maquinaria o equipo, entre otros elementos.
Finalmente, en tercer lugar pero no menos importante, lo moral. Tal como se lee, existe la solvencia moral en una empresa o persona, y este término se refiere a qué tanta confianza inspira una organización.
Las acciones realizadas y la imagen de la compañía o su cumplimiento financiero, confirman este tipo de solvencia.
Esas tres vertientes de la solvencia son evaluadas para conocer qué tanto una compañía podría afianzarse o no. De hecho, tenemos un artículo en el que explicamos un poco más a detalle sobre cada tipo de solvencia.
Sin embargo, este texto busca brindar algunas opciones para que las organizaciones puedan trabajar y mejorar su solvencia, con la intención de que puedan ser afianzados.
Por esta razón, debemos tener presente que esas vertientes de solvencia conforman una sola apreciación, por lo que todas las opciones que veremos a continuación colaboran con uno o más tipos de solvencia.
Una forma muy sencilla de comenzar a mejorar los niveles de solvencia está en reconocer los hábitos financieros, malos y buenos, y tratar de eliminarlos o de optimizarlos.
Por ejemplo, si se tiende a realizar compras con anticipación, debemos asegurarnos de contar con la liquidez en el momento, pues una mala costumbre es realizar adquisiciones con la llegada de nuevos clientes pero antes de que los proyectos se paguen.
Estos casos son riesgosos en casos de que el dinero, que se esperaba tentativamente en cierta fecha, tarde en llegar.
Otra forma de mejorar la solvencia es mantener la media de la plantilla sin cambios. Para lograr esto, podemos prestar especial atención a los sueldos de los empleados y asegurarlos con al menos tres meses de antelación.
De este modo, aún en momentos de crisis, la organización tendrá tiempo para recuperarse o realizar maniobras pertinentes sin afectar la plantilla laboral.
Cuando una compañía madura, es posible notar las tendencias financieras que suele tomar. Una buena opción para tener una mejor solvencia es apoyarnos en estimaciones para que el tiempo se convierta en un aliado.
Al hacer esto, los gastos y, en general, todas las obligaciones fiscales, podrán ser cubiertas con antelación, lo que generará una mayor confianza en la organización y, mientras tanto, los ingresos y gastos quedarán más claros que antes.
Las deudas son una herramienta que, bien utilizada, puede impulsar un negocio. No obstante, siempre es buena idea repasar cuáles son las deudas que posee la compañía para liquidar, de ser posible, aquellas cercanas a terminar.
Esto aumentará la liquidez en el futuro a mediano plazo y abrirá la posibilidad de realizar más inversiones en el futuro.
Una de las formas de mejorar la solvencia en el plano moral, es la transparencia. Es decir, la información que la organización ofrezca a sus clientes debe ser verdadera y clara. De este modo, ganará confianza en el mercado y, al mismo tiempo, mejorará su imagen.
Sabemos que ofrecer formas de pagar a los clientes es bueno, pero atenernos a una sola forma de financiación puede condenar a los ingresos a llegar solamente por una misma vía y prácticamente durante los mismos periodos.
Contar con diferentes planes de financiamiento, en los que puedas también priorizar contar con la liquidez para cubrir los gastos operativos del negocio, es lo más ideal.
Otra forma muy eficiente de conseguir opciones para contar con la solvencia necesaria para ser afianzado, está en consultar con los expertos en el rubro.
En Garanza, ponemos nuestras certificaciones y más de 30 años de experiencia, a tu servicio para que puedas conseguir tu afianzamiento.
Te invitamos a ponerte en contacto con nosotros. Nuestros asesores expertos pueden ayudarte a conocer cuáles son las condiciones actuales de tu compañía para conseguir ser afianzado.
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